El concepto de hotel ha evolucionado desde los primeros tiempos en que eran las posadas las encargadas de ofrecer una cama al viajero de paso.
Los hoteles no son simples lugares de paso, sino símbolos de su época, de una cultura, de un momento histórico; en ellos los grandes hombres de los que se escribe en los diccionarios han desarrollado actividades de arte, literatura, pintura, música, como si estos espacios contuvieran la necesaria soledad que siempre reviste al arte de misterio.
Muchos hoteles son cómplices de las obras de literatura más famosas o al menos de sus autores, así como de personajes ilustres, reyes, aristocracia; los hoteles son parte testimonial de grandes historias incluso.
No es de extrañar que muchos hayan provisto de inspiración, cuanto menos lúdica a grandes arquitectos.
Es el caso del hotel en donde la música está viva, a orillas del río Spree, el Nhow Hotel, en Berlín, en uno de los escenarios musicales más importantes del mundo.
De pura temática musical, el arquitecto Segei Tchoban diseñó cada detalle del edificio no como un homenaje a la música, sino como su receptora, con estudios de grabación, instrumentos musicales en las habitaciones, donde las guitarras y teclados son el mobiliario de cada una.
Objetos, espacios, arte e inspiración son el producto de esta idea, donde músicos pueden incluso grabar en las instalaciones de grabación de estudios musicales prestigiosos.
El estilo de la vida artístico no se reduce solo al decorado, sino a la concepción de la estadía en el hotel, presentaciones, foros y galerías son las propuestas convocantes; Iggy Pop, Nick Cave, David Bowie son algunos de los importantes músico que se acomodaron a la invitación, para probar las comodidades de este hotel, con herramientas adecuadas para mezclas analógicas, software y tecnología de última generación.
Una experiencia sensorial diferente que además es como un homenaje al arte de la música.
Ubicado a un lado del O2 World, parte de su construcción parece flotar.
Pasar una noche en este hotel tiene un costo entre 500 a 20000 dólares dependiendo de la época y si es habitación doble o simple; el desayuno aproximadamente 200 dólares.
El turista interesado, puede considerarlo como un tour por la historia de la música, probar las instalaciones, con todas las comodidades de un hotel 5 estrellas, comparado con un día en Disney World, tal vez no resulte un precio excesivo.
Cerca del ex muro de Berlín, ahora intervenido por artistas que han usado los restos del muro como lienzo artístico, dándole al barrio una identidad especial; quizás un paliativo para su histórico significado.
La mejor política cuando estamos de viaje es adaptarnos al medio en el que nos hospedamos, cuando el espacio se nos insinúa, nos invita y propone, mejor dejarse llevar, es poco frecuente encontrar buenas ideas buscándonos para seducirnos.